La subluxación vertebral es una afección en la que la columna sufre movimientos o posiciones irregulares que pueden comprimir un nervio o todo el sistema nervioso. Aunque el dolor es solo un síntoma típico en el 10-15 % de los casos, la mayoría de las subluxaciones no causan ningún síntoma perceptible. Si bien algunas subluxaciones pueden deberse a accidentes o caídas específicas, la mayoría de ellas son el resultado de una mala postura. Sin embargo, algunas subluxaciones también pueden deberse a estrés emocional o trauma, que puede “incrustarse” en el sistema nervioso.

Aunque las personas pueden buscar la ayuda de un quiropráctico para dolencias como dolores de cabeza o de espalda, se debe enfatizar que la atención quiropráctica no está destinada a tratar lesiones o enfermedades específicas. Más bien, los quiroprácticos se centran en identificar y minimizar las subluxaciones, lo que a su vez disminuye la tensión en el sistema nervioso y promueve la salud integral. Este método implica considerar la funcionalidad general de todo el cuerpo, independientemente de dónde se encuentre el malestar, y recomendar un cuidado basado en la FUNCIONALIDAD más que en la SENSACIÓN.
La creencia de que las lesiones del pasado lejano ya no son relevantes es un error común. De hecho, cuanto más tiempo haya transcurrido desde la lesión, más se habrá adaptado su cuerpo a ella. Aunque es posible que el dolor haya disminuido hace muchos años, si el problema subyacente no se ha curado por completo, es posible que haya desarrollado inconscientemente hábitos para evitar que la lesión anterior se agrave. Si ese es el caso, ¡entonces no funcionará bien, aunque se siente bien!
Muchos de nosotros hemos tenido subluxaciones desde la infancia, por caídas o accidentes, los cuales se han olvidado hace mucho tiempo.
Nuestro trabajo es identificar problemas de los que quizás no haya tenido conocimiento y lograr que vuelva a funcionar de su mejor manera.
Para corregir las subluxaciones, un ajuste se utiliza como una herramienta crucial. Se necesita un mínimo de 5 años de estudios universitario a tiempo completo para entender y hacer un ajuste.
En primer lugar, el Quiropráctico necesita saber con precisión qué está mal, en qué dirección y en qué medida. El ajuste es entonces un movimiento muy específico, rápido, suave y hábil de una vértebra. Esto restaura el movimiento o la posición normal de su columna vertebral, mejorando su postura y aliviando el estrés nervioso.
Esto se puede hacer a mano, con herramientas o con mecanismos especiales integrados en las camillas. Un ajuste es muy diferente a una manipulación, a pesar de que a menudo se confunden entre ellas. El ajuste es rápido y suave, y normalmente no duele; de hecho, a la mayoría de las personas les resulta una experiencia muy dichosa.
El ajuste es exclusivo a los Quiroprácticos, y sólo aquellos debidamente licenciados pueden ajustar. Emma ha recibido formación de posgrado en numerosas técnicas, que utiliza de forma selectiva para garantizar que los cuidados se adapten lo mejor no solo a usted como persona, sino también a su etapa de progreso.
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