En estos días en los que no podemos asistir a nuestras consultas quiroprácticas y notamos la falta de un buen ajuste que nos haga sentir mejor, ¿qué podemos hacer?
¡¡¡Podemos hacer muchas cosas!!!
El objetivo de la Quiropráctica es devolver a tu cuerpo la capacidad para sanar por sí mismo, es empoderarnos para que recuperemos el control sobre nuestra salud y disponer de recursos para mantenerla. Todo eso implica no solo a los ajustes vertebrales, sino todo lo que podemos hacer por nuestra cuenta para cuidarnos en casa, siguiendo los consejos que los quiroprácticos realizamos en nuestras consultas día a día y… ¿qué mejor momento para hacerlo que ahora?
La salud se fundamenta en cinco pilares básicos:

El primero de ellos es la salud del sistema nervioso. Es una cosa de las cosas en las que mas nos centramos durante las visitas a nuestra consulta, realizamos ajustes vertebrales que tienen como finalidad asegurar el correcto funcionamiento del sistema nervioso mediante la restauración de la movilidad de la columna vertebral para un optimo funcionamiento de los nervios que de ella emanan. Pero no se trata solo de eso, podemos realizar buenos hábitos en casa para mejorar nuestra salud neurológica. Hechos tan sencillos como lavarnos los dientes con la mano contraria a la habitual, leer un texto boca abajo, escuchar música diferente a la que estamos acostumbrados, aprender cosas nuevas (desde un nievo idioma , tocar un instrumento hasta aprender una receta de cocina), cambiar el orden en el que hacemos las tareas cotidianas… Todas estas pequeñas acciones suponen un cambio en nuestro cerebro, ya que son cosas diferentes a las que solemos hacer, van a favorecer a que desarrollemos mas plasticidad en él, lo que va a permitir adaptarse mejor a los cambios y mantenerlo más saludable.
Otro pilar fundamental es el formado por la respiración y el ejercicio físico. Con los ajustes conseguimos que el cuerpo vuelva a moverse correctamente, nos sentimos más flexibles y ágiles, pero esta recuperación es mucho más duradera si seguimos realizando ejercicio físico en casa. Además, al realizarlo liberamos ciertas sustancias en nuestro cerebro que hacen que nos sintamos mejor a nivel mental. Y en cuanto a la respiración, es fundamental para nuestra salud. Suele ser salgo que damos por hecho ya que lo hacemos de manera automática y no nos percatamos en ella, pero podemos influir en nuestra respiración de forma consciente, lo que nos ayudará a mejorar nuestra capacidad respiratoria, además de que aportará un mayor grado de calma y bienestar, muy necesarios en estos días. Además de ello, se ha demostrado que la respiración correcta es capaz de atenuar el dolor.
La relajación y el descanso, ¡imprescindibles para una buena salud! Solemos asociar el descanso simplemente con el hecho de reponer fuerzas a nivel físico y mental, pero un buen descanso es mucho más que eso. Durante la noche, mientras dormimos, el cerebro aprovecha ese estado de inacción voluntaria de nuestro cuerpo para procesar y almacenar toda la información relevante que nos ha ocurrido durante el día, generando así nuestra memoria a largo plazo. Por eso, debemos respetar nuestras horas de sueño y darle la importancia que realmente tiene.
Tanto la nutrición como la hidratación son imprescindibles para un óptimo funcionamiento de nuestro cuerpo y para luchar contra el coronavirus. Ahora más que nunca debemos cuidar lo que comemos y cómo lo hacemos. Debemos tener en cuenta que si realizamos menos actividad física de la que estamos habituados, nuestros requerimientos energéticos son menores y, por ello, debemos controlar y reducir las cantidades de alimentos de calidad y mientras menos procesados sean mejor; ¡asegúrate de que incluyes suficientes frutas y verduras en tu alimentación! Además, no te olvides de beber agua, algo tan sencillo y evidente que a veces pasamos por alto y se nos olvida tomarla o la sustituimos por otras bebidas como refrescos, zumos, bebidas alcohólicas, que no cumplen la misma función. Procura tomar entre 7 y 10 vasos de agua diaria, puedes usar aplicaciones móviles que te ayuden a recordarlo.
Por último y no por ello menos importante, tenemos que asegurarnos de tener una buena actitud mental positiva. En ocasiones es lo que más nos cuesta, pensamos que no somos capaces de ver el lado positivo de las cosas, pero tampoco debemos agobiarnos por ello. Es importante tomar consciencia de lo que sentimos y no intentar reprimir nuestras emociones, pero debemos pensar que cada adversidad supone un rete y todos los retos nos traen nuevas oportunidades. Ya sea un aprendizaje de algún error que comentamos, aprender a hacer las cosas de diferente manera, cambiar nuestro punto de vista, ampliar nuestra mente… Tenemos que tratar de ver qué aprendizaje a cada “dificultad” en nuestras vidas y saber aprovecharlo para evolucionar y crecer como personas. Existen además herramientas como la meditación, el mindfulness, las relajaciones guiadas, que pueden ayudarnos.

